Friday, January 05, 2007

EL FINAL DE UN CAPÍTULO


Hoy es cinco de enero. Los Reyes Magos de oriente se acercan. En su equipaje portan muchas ilusiones, entre ellas las mías. Les he pedido salud para los míos (familiares y amigos) y para mi, que no me falte nunca el trabajo, una buena dosis de paciencia para poder sobrellevar los sinsabores que me plantea la vida, y también que me traigan más inteligencia, la suficiente como para saber discernir quién es quién y, sobre todo, cómo es cada quien.

Ya os contaré si he sido lo suficientemente bueno, es decir, si me traen o no las cosas que he pedido. Pero será en otro espacio distinto a éste. Estas palmeras dejan de ser mecidas por el viento, a veces brisa, en ocasiones huracán, siempre constante. Las razones del cambio residen en el cambio de mis razones. Quiero ser, en muchos aspectos, una persona nueva, y recuperar la alegría que un día tuve y que, por circunstancias que no son del caso exponer, a veces he echado en falta.

A los que me habéis seguido desde hace tiempo os invitaré que leáis mis nuevas páginas. Aceptar la invitación o no depende de vosotros. Siempre seréis bien recibidos porque es grata vuestra compañía.

Os doy un abrazo muy fuerte. Gracias a todos y... ¡hasta pronto!.

Tuesday, January 02, 2007

DE NUEVO EL CAMINO


Uno de enero. Primer día del primer mes de un nuevo año. Más cuesta arriba imposible. Hay que arrojar lastre para el camino no canse demasiado.
Dentro del fardo de los olvidos he metido a unos cuantos conocidos, que se decían amigos, que me han acompañado durante varios años por su exclusivo interés.
El peso disminuye.
Junto a ellos escondo un buen ramillete de miserables que midieron mi valía únicamente en función de lo que les podía resolver.
El cansancio se alivia.
Y finalmente, acompañándoles en el viaje, he guardado algunas ilusiones perdidas, de esas que duele tener que abandonar porque fueron forjadas por personas muy queridas, las mismas que, hoy, se empeñan en demostrar que todo era prescindible.
La pena ahoga. Pero vamos caminando.









Friday, December 22, 2006

NAVIDAD


Y, sobre ésta, ¿quién habla?.
Dejémonos de historias.

Wednesday, December 13, 2006

ALICIA

Que la Tierra se pare, que los mares enfurezcan y el cielo descargue su pena. Que se corte el aliento y los Angeles enmudezcan. Que nadie diga nada porque nada hay que decir. Que no nos hablen de lo injusta que es la vida. Hoy no. Ahora no. Porque las palabras sobran. Porque los gestos sobran. Porque el llanto ahoga. Porque la niña de tus ojos ha muerto esta tarde, y yo no tengo palabras.
Que Alicia, tu pequeña, nuestra pequeña, descanse en la misma Paz que tu supiste darle.
Te quiero, amigo Paco, y estoy contigo.

Monday, December 11, 2006

LA MANO TENDIDA


Como ave migratoria que anhela tierra amable surco el cielo y desciendo en sus paisajes, pero hoy sólo encuentro frío. Cansado despliego las alas, y me arrastra un viento que me mece a su capricho, junto a las hojas de otoños tardíos, compañeras de un viaje enloquecido por caminos sin rumbo. Nubes de ausencia mojan unas alas que pesan cada vez más, y quiero cambiar. Quiero no ser ave de paso, sino faro encendido sin cuya presencia entristece la tierra y llora la mar. Faro anclado en roca firme, orgulloso aunque callado, elegante y sutil, capaz de traer a puerto seguro los restos de una vida que, acaso, no tardando mucho naufrague.

Wednesday, November 29, 2006

A TI



El tiempo transcurre como por arte de magia, y nos conduce por senderos que en ocasiones somos incapaces de caminar. Queremos ser fuertes ante todas las situaciones, queremos llevar las riendas de nuestro destino y, sin embargo, somos seres vulnerables. Nuestra vulnerabilidad se manifiesta en muchos terrenos, pero, de todos ellos, es el del amor el que más nos debilita. Cuando nos sentimos enamorados volamos sobre paisajes frescos y verdes, alumbrados por un sol cálido que nunca alcanza el nadir. Cuando perdemos el amor ese mismo sol nos asfixia, quema nuestras alas, convirtiéndonos en Icaros yacentes que caen sin remedio en la soledad sentida.

La seguridad del amor sucumbe ante la desazón del olvido, como el castillo de arena lo hace ante la fuerza del mar. Los mismos paisajes, idénticos mares, se muestran distintos según sea el ritmo de nuestro corazón. Enamorados, somos capaces de alcanzar las más altas cumbres de la alegría. Olvidados, somos incapaces de caminar hasta el sendero más sencillo de la cotidianeidad. El amor y el desamor se convierten en los colores que impregnan el lienzo de nuestros recuerdos bajo la mano maestra de nuestro ser amado, pintor de esperanzas y desconsuelos. Y al final del camino, nuestra vida se convierte en la sala de exposiciones de lo que fueron nuestras pequeñas y grandes historias, ahora ya en forma de recuerdos.

Resultará bonito comprobar que la vida que vivimos nos reencontrará con personas que, una vez, fueron artífices de nuestros sueños. Una de ellas serás tú. Lo eres ya. Porque tus manos han sabido pintar en mis recuerdos sólo paisajes serenos. En ellos he visto lagos que reflejan imágenes de sauces inclinados ante el paso de los cisnes, cercana ya la atardecida. Son los mismos paisajes de hierba fresca salpicada de flores color violeta que una vez pisaron nuestros pies descalzos. Es la mar tranquila en tonos turquesa. Es el cielo en rosa y azul que despierta al amanecer. Es el jardín poblado de rosas, buganvillas y romero en el que se secan las sábanas blancas que tendimos al sol. Es la lluvia en la ciudad que refleja nuestro abrazo a la luz de los neones. Porque trazaste paisajes que acogen y no ahogan, que cobijan y no enfrían, que arropan y no olvidan, que esperan y no reprochan, que comparten y nada piden, que aceptaron de buen grado la siembra para devolver, multiplicados, los frutos de la cosecha.

Y eres tú, pintora de mis sueños, mi paisaje preferido. Es aquél que quisiste pintar en forma de autorretrato y que un dia decidiste regalarme. Autorretrato de callada amiga, de discreta cómplice. Es el que guardo en mi memoria como un preciado tesoro. Paisaje de trazo limpio, firme, claro y brillante. Paisaje sencillo y hermoso, cálido e imborrable.

Wednesday, November 22, 2006

NOCHE DE TORMENTAS


Estaba despierto pero creí que soñaba. La brisa marina acariciaba nuestros cuerpos que se mecían sobre las aguas de un mar infinito. Rítmica, acompasadamente, las olas nos llevaban, nos subían y bajaban, y como único testigo, junto al horizonte, la luz apenas visible de la atardecida. Me vi envuelto en un tirabuzón imposible, y tus manos sujetaron las mías, como si temieras perderme. Poco a poco creció la marea y arreció el viento. Tu respiración agitada, la mía entrecortada. Recuerdo que cerraste los ojos, y gritaste. Y de pronto el silencio y de nuevo la calma. Sólo entonces nos dejamos arrastrar hasta la playa que invitaba al reposo de su arena cálida. Descansamos unos instantes. Fueron albores de una noche muy larga.

Dormimos unos instantes, y desperté al notar de nuevo tu cuerpo mojado sobre el mío, a la luz de la llama de una vela apenas perceptible, empeñada en ser de nuevo testigo en la tormenta. Y nuestras sábanas quisieron ser de nuevo playa, y tu aliento brisa que acariciaba nuestros cuerpos ardientes. Y otra vez mis dedos enredaron tu pelo en un tirabuzón imposible, y de nuevo fuimos olas que subían y bajaban. Y de nuevo fuimos playa, y tormenta, y brisa, y calma.

Fue una noche muy, muy larga.