EL FINAL DE UN CAPÍTULO
Hoy es cinco de enero. Los Reyes Magos de oriente se acercan. En su equipaje portan muchas ilusiones, entre ellas las mías. Les he pedido salud para los míos (familiares y amigos) y para mi, que no me falte nunca el trabajo, una buena dosis de paciencia para poder sobrellevar los sinsabores que me plantea la vida, y también que me traigan más inteligencia, la suficiente como para saber discernir quién es quién y, sobre todo, cómo es cada quien.
Ya os contaré si he sido lo suficientemente bueno, es decir, si me traen o no las cosas que he pedido. Pero será en otro espacio distinto a éste. Estas palmeras dejan de ser mecidas por el viento, a veces brisa, en ocasiones huracán, siempre constante. Las razones del cambio residen en el cambio de mis razones. Quiero ser, en muchos aspectos, una persona nueva, y recuperar la alegría que un día tuve y que, por circunstancias que no son del caso exponer, a veces he echado en falta.
A los que me habéis seguido desde hace tiempo os invitaré que leáis mis nuevas páginas. Aceptar la invitación o no depende de vosotros. Siempre seréis bien recibidos porque es grata vuestra compañía.
Os doy un abrazo muy fuerte. Gracias a todos y... ¡hasta pronto!.